lunes, 29 de diciembre de 2014

Problemas intelectuales

Otro tipo de problemas que podemos encontrar son los intelectuales. Éstos pueden provenir de un escaso desarrollo intelectual, aptitudes intelectuales deficitarias o mal estimuladas, o unas estrategias pobres de pensamiento.

El ejemplo que encontramos en este caso es el Síndrome de Down (SD). Éste es un trastorno genético causado por la presencia de una copia extra del cromosoma 21 (o una parte del mismo), en vez de los dos habituales (trisomía del par 21), caracterizado por la presencia de un grado variable de retraso mental y unos rasgos físicos peculiares que le dan un aspecto reconocible. 

Es la causa más frecuente de discapacidad psíquica  y debe su nombre a John Langdon Haydon Down, quien en 1866 reconoció las características físicas de estas personas y la descripción de este estado como una entidad independiente y precisa a la que denominó “idiocia mongólica”.

En cuanto al aprendizaje de las personas con Síndrome de Down podemos decir que existen una serie de características básicas de aprendizaje que debemos tener en cuenta:

-Aprenden mejor cuando han obtenido éxito en actividades anteriores.

-Muestran mayor interés en colaborar si conocen de inmediato los resultados de su actividad. Por ejemplo si a cada paso que da le reforzamos y le transmitimos cómo ha realizado la actividad.

-Si participan en la tarea la aprenden mucho mejor y la olvidan menos. Es conveniente realizar actividades con cosas que les motiven y les gusten, y que sean cercanas a su entorno diario. Podremos hacer actividades con su nombre, con el nombre de sus familiares, con objetos cotidianos que pueda encontrar en su casa o en propia habitación…

-Confunden y rechazan la actividad si se les pide que realicen muchas tareas en poco tiempo debido a sus problemas de atención.

Algunas de las orientaciones que tendremos que tener en cuenta a la hora de realizar adaptaciones curriculares son: 

1.Los aprendizajes deben ser significativos para el alumno, que potencie la motivación hacia los mismos. Además debemos valorar las capacidades, los rasgos menos deficitarios y apoyar en ellos la enseñanza (canal visual, habilidades manipulativas…). 

2.Debemos plantear objetivos que incluyan la superación de dificultades, proporcionando el tiempo suficiente para la realización de las actividades. 

3.Será conveniente además realizar sesiones de repaso en cuanto a contenidos trabajados anteriormente y más aún cuando se vayan a enseñar nuevos contenidos apoyados en los anteriores.

4.Hay que fomentar que el alumno sea el protagonista de su propio aprendizaje, permitiéndole elegir entre diferentes opciones y evitando las actividades mecánicas. 


5.Será también importante involucrar a sus compañeros de clase en su aprendizaje.


Problemas emocionales

Después de explicar los problemas físicos, me veo en la obligación de nombrar los conocidos problemas emocionales. Éstos están relacionados con la personalidad del sujeto, ya sean trastornos o desequilibrios emocionales.

Un ejemplo de esto podría ser el autismo. Esta enfermedad se trata de un trastorno generalizado del desarrollo que presenta una gravísima alteración de la comunicación y de la interacción social. Se da en 1 de cada 100.000 nacimientos y es 4 veces más frecuente en varones.

Los síntomas que caracterizan al autismo son los siguientes:

-Perturbaciones en la rapidez de aparición de las habilidades físicas, sociales y de lenguaje.

-Respuesta anormal a sensaciones.

-El habla y el lenguaje no aparecen o retrasan su aparición a pesar de que existan capacidades intelectuales evidentes.

-Relación anormal con personas, objetos o acontecimientos.


A continuación os dejo una serie de consejos que podemos encontrar en "Behavioural Intervention for young children with autism" de Catherine Maurice, un manual para padres y profesionales de niños autistas:

1- Nada mejor que vivir un día tras otro,positivamente. No puedes controlar el futuro, pero sí puedes controlar el día de hoy y el ahora.

2- Jamás subestimes el potencial de tu hijo. Motívale. Ofrezca espacio, ánimo, y siempre esperes que Ã©l desarrolle al máximo sus capacidades. No te olvides de que tu hijo tiene capacidad para aprender, por más pequeña que sea.

3- Busca apoyo positivo. Familiares y profesionales con quiénes compartir experiencias, consejos y ánimos.

4- Proporciona y ofrezca a tu hijo un buen ambiente educacional y de aprendizaje, desde el principio de su infancia.

5- Considera y no dejes de lado los sentimientos y las necesidades de tu pareja y de tus otros hijos. Acuérdate que el niño autista no tendrá más amor tuyo por el hecho de que pierdas más tiempo con él.

6- En cuanto a tus decisiones y actitudes, contesta primero a tu consciencia. Luego a tu hijo. No necesitas justificar tus actos a los amigos o a otras personas.

7- Sea honesto con tus sentimientos. No puedes ser una súper madre o un súper padre las 24 horas del día. Permita a ti mismo equivocarte, frustrarte, entristecerte, siempre que sea necesario. Es inevitable para todos.

8- Sea buena, generosa y gentil contigo mismo. No te fijes solamente en lo que todavía tienes que hacer. Debes mirar para tras y ver lo que ya has conseguido alcanzar.

9- De vez en cuando aquiétate para sentir el olor de las rosas. Da valor a lo mucho que has logrado en la vida aunque para ti parezca algo normal.

10- Mantengas y jamás pierdas el sentido de humor. Reír es una de las mejores formas para evitar el estrés y el desánimo.

La fuente que he utilizado para llevar acabo este apartado de mi blog es:


viernes, 5 de diciembre de 2014

Problemas físicos

El primer tipo de problema que encontramos dentro de los internos son los físicos. Éstos son enfermedades que se dan en la gestación, partos, traumas, perinatales, durante el desarrollo posterior, etc. 

Un ejemplo podría ser la parálisis cerebral, que es causada por lesiones o anomalías del cerebro. La mayoría de estos problemas ocurre a medida que el bebé crece en el útero, pero se pueden presentar en cualquier momento durante los primeros dos años de vida mientras el cerebro del bebé aún se está desarrollando, distinguiéndose por lo tanto las siguientes causas: prenatales, perinatales y postnatales.

Hay tres tipos de parálisis cerebral: espástica, atetoide y atáxica. Cualquier individuo puede tener una combinación de estos. 

De forma muy general cada una de ellas se caracteriza por: 

Espástica: Se trata del grupo más amplio (75% de niños con Parálisis) 

Atetoide: Las personas que tienen este tipo de Parálisis Cerebral tienen unos músculos que cambian rápidamente de tono. 

Atáxica: En este estado el niño presenta deficiente equilibrio corporal y marcha inestable, así como dificultades en la coordinación y control en manos y ojos. 

Para terminar con este apartado y la explicación de esta enfermedad os voy a dejar un cortometraje que ha dado la vuelta al mundo gracias a todo lo que te hace llegar a sentir. Trata de un niño con parálisis cerebral y está basado en hechos reales. El niño en cuestión es Nicolás Solís, y su hermana Alejandra, que hace de amiga en el vídeo.



Es importante mencionar que a parte de los síntomas motores característicos de cada tipo de parálisis, es frecuente encontrar otra serie de factores asociados de menor gravedad que hay que tener en cuenta a la hora de llevar a cabo el tratamiento. Entre ellos podemos destacar:
  1. Problemas visuales 
  2. Dificultades con la percepción espacial 
  3. Problemas auditivos 
  4. Problemas respiratorios 
  5. Epilepsia
  6. Trastornos del habla y de la comunicación 
  7. Dificultades de aprendizaje